El arte de enfocarse en una ciudad que no duerme: Trabajo Profundo (Deep Work) para el empresario antigüeño

Son las 9:00 de la mañana de un martes cualquiera en Antigua Guatemala. Estás en tu oficina, quizás un pequeño espacio acondicionado en una casa colonial cerca de La Merced, o tal vez en un local comercial más moderno en las afueras. Te sientas con la mejor intención: hoy sí vas a desarrollar esa nueva estrategia de ventas, hoy vas a diseñar ese paquete turístico innovador, o hoy vas a revisar a fondo los costos de producción que no te cuadran. Esas son tus tareas del «20%», las que realmente mueven la aguja de tu negocio.

Pero entonces, comienza el asedio.

Primero, es el ping incesante del WhatsApp Business: clientes preguntando horarios, proveedores confirmando entregas, tu equipo con dudas «urgentes». Luego, entra una llamada que no puedes ignorar. Mientras hablas, ves un correo electrónico entrar con un asunto alarmante. Y de fondo, la banda sonora de nuestra ciudad: el tráfico que se intensifica, las bocinas, el bullicio de los turistas que ya llenan las calles empedradas.

Para cuando te das cuenta, son las 5:00 de la tarde. Has estado increíblemente ocupado, has respondido a cincuenta mensajes, has apagado tres «incendios» operativos, pero esa tarea crucial, la que iba a hacer crecer tu empresa, sigue intacta en tu lista de pendientes.

¿Te suena familiar? Francamente, esta es la realidad de la mayoría de los emprendedores y gestores en Sacatepéquez. Vivimos en un entorno privilegiado, lleno de oportunidades y cultura, pero que también actúa como una máquina perfecta de distracción.

Si en nuestro artículo anterior hablamos de identificar qué es lo importante (el Principio 80/20), hoy tenemos que hablar de algo mucho más difícil: cómo proteger el tiempo y la mente para ejecutar eso importante. Hoy hablamos de Trabajo Profundo (Deep Work).

¿Qué es el Trabajo Profundo y por qué escasea tanto aquí?

El término «Deep Work» fue acuñado por Cal Newport, profesor de ciencias de la computación y autor de best-sellers sobre productividad. Su definición es quirúrgica y, al leerla, uno entiende inmediatamente lo que nos falta. Newport (2016) define el Trabajo Profundo como:

«Actividades profesionales realizadas en un estado de concentración libre de distracciones que empujan tus capacidades cognitivas a su límite. Estos esfuerzos crean nuevo valor, mejoran tus habilidades y son difíciles de replicar» (p. 3).

Lo opuesto es el Trabajo Superficial (Shallow Work): tareas de estilo logístico, no exigentes cognitivamente, que a menudo se realizan mientras se está distraído. Piensa en responder correos electrónicos de rutina, programar publicaciones básicas en redes sociales, o esas reuniones interminables donde se decide poco o nada.

El problema en Antigua no es que seamos perezosos; al contrario, la cultura de trabajo aquí es intensa. El problema es que estamos ahogados en trabajo superficial. La economía local, muy orientada al servicio, el turismo y la hospitalidad, fomenta una mentalidad de «respuesta inmediata». Si un turista pregunta algo en Instagram, sentimos la presión de responder en 5 minutos. Si surge un problema en la cocina del restaurante, el gerente debe estar ahí al instante.

Esta hiperconectividad nos hace sentir productivos. El cerebro recibe una pequeña descarga de dopamina cada vez que tachamos una tarea fácil de la lista o respondemos un mensaje. Pero, económicamente hablando, el trabajo superficial es de bajo valor y fácilmente reemplazable. Cualquiera puede contestar un correo de rutina. Muy pocos pueden diseñar una campaña que atraiga a un nuevo segmento de mercado internacional a Antigua durante la temporada baja. Eso último requiere trabajo profundo.

La neurociencia de por qué no puedes «hacer dos cosas a la vez»

«Yo soy bueno en multitasking», me dijo hace poco un joven emprendedor local. Mi respuesta, basada en la evidencia científica, fue dura pero necesaria: «No, no lo eres. Nadie lo es».

Lo que llamamos multitarea es, en realidad, «cambio de tareas» (task-switching). Y cada vez que cambias tu atención de un informe financiero a tu teléfono para ver una notificación de Facebook, pagas un impuesto cognitivo.

Sophie Leroy, investigadora de la Universidad de Minnesota, introdujo el concepto de «residuo de atención». En sus estudios, demostró que cuando pasas de la Tarea A a la Tarea B, tu atención no te sigue inmediatamente. Una parte de tus recursos mentales permanece atrapada en la tarea anterior (Leroy, 2009).

Si eres un empresario antigüeño que revisa el celular cada 10 minutos, tu cerebro nunca está completamente enfocado en lo que tienes delante. Siempre estás operando con un residuo de atención, en un estado de semi-distracción permanente. Es como intentar subir al Volcán de Agua con una mochila llena de piedras; te esfuerzas mucho más para avanzar mucho menos.

En este estado, es imposible realizar el tipo de pensamiento complejo necesario para la innovación o la planificación estratégica a largo plazo. El trabajo profundo no es un lujo para intelectuales; es una necesidad biológica para producir trabajo de alta calidad.

El desafío antigüeño: Barreras locales para la concentración

Aplicar la teoría de Newport en Silicon Valley es una cosa; aplicarla en Antigua Guatemala es otra muy distinta. Aquí enfrentamos desafíos particulares:

  1. La cultura del «ahorita»: Nuestra economía de servicios ha entrenado a clientes y colaboradores a esperar inmediatez. Decir «no estoy disponible de 9 a 11 am» se percibe a menudo como un mal servicio o falta de compromiso.
  2. La proximidad social: Antigua es, en el fondo, un pueblo grande. Todos nos conocemos. Las interrupciones no son solo digitales; son físicas. Un amigo que pasa a saludar, un familiar que necesita un favor. La red social presencial es densa y difícil de ignorar sin parecer grosero.
  3. El ruido ambiental: A menos que tengas una oficina muy bien aislada, el entorno sonoro de la ciudad —desde el tráfico hasta las festividades religiosas— conspira contra la concentración sostenida.

Reconocer estas barreras es el primer paso. No podemos simplemente copiar modelos extranjeros; tenemos que adaptar el trabajo profundo a nuestra realidad.

Estrategias para construir un «búnker» mental en Sacatepéquez

Entonces, ¿cómo puede un miembro del Grupo Gestor o un empresario local implementar esto? No se trata de convertirse en un monje y aislarse en una montaña. Se trata de ser ferozmente protector con ciertos bloques de tiempo. Aquí hay estrategias prácticas:

1. Agenda el Trabajo Profundo antes de que la ciudad despierte

Esta es quizás la estrategia más efectiva para nuestro contexto. La «ciudad que no duerme» en realidad sí tiene un par de horas de calma relativa: entre las 5:00 am y las 7:30 am. Muchos de los empresarios más exitosos que conozco han adoptado esta rutina. Dedican esas dos horas, antes de que abran sus negocios y antes de que el WhatsApp empiece a sonar, a su tarea más importante del día (su 20%). Cuando el resto del mundo empieza a demandar su atención, ellos ya han completado su trabajo más valioso.

2. Domar la bestia de WhatsApp Business

WhatsApp es la herramienta de trabajo número uno en Guatemala. No podemos eliminarla, pero debemos contenerla. El error es tenerlo abierto todo el día en la computadora con las notificaciones activadas. La estrategia de trabajo profundo sugiere «procesar por lotes» (batching). Decide que revisarás y responderás mensajes solo en tres momentos específicos del día: por ejemplo, a las 11:00 am, a las 2:00 pm y a las 5:00 pm. Comunica esto a tu equipo y, si es posible, a tus clientes clave mediante respuestas automáticas que indiquen tus horarios de revisión. Al principio habrá resistencia, pero la gente se adapta si el servicio final es bueno.

3. Crear rituales de desconexión

El cerebro necesita una señal para entrar en modo profundo. Si trabajas en un ambiente ruidoso, invierte en buenos audífonos con cancelación de ruido. El simple acto de ponértelos puede ser la señal que tu cerebro necesita para decir: «Es hora de enfocarse». Para algunos, el ritual implica irse a un café específico en las afueras de Antigua donde saben que nadie los conoce, dejando el teléfono en el auto. Encuentra qué ritual te permite levantar un muro temporal contra las distracciones.

4. Abrazar el aburrimiento

Esta es la parte más difícil. Hemos perdido la capacidad de aburrirnos. Si estamos en una fila en el banco o esperando una reunión, inmediatamente sacamos el teléfono. Newport (2016) argumenta que esta adicción a la novedad constante debilita nuestra «músculo» de la concentración. Para ser capaz de hacer trabajo profundo, debes reentrenar a tu cerebro para estar cómodo con la falta de estímulos. Intenta, conscientemente, no sacar el teléfono en los tiempos muertos. Deja que tu mente divague. Es en esos momentos de aparente aburrimiento donde a menudo surgen las ideas más creativas para tu negocio.

Conclusión: El enfoque como ventaja competitiva local

En un mundo —y una ciudad— cada vez más ruidoso y distraído, la capacidad de concentrarse intensamente es el nuevo superpoder económico.

Para el Grupo Gestor y la comunidad empresarial de Antigua, adoptar el Trabajo Profundo no es solo una cuestión de productividad personal; es una estrategia de desarrollo local. Si queremos pasar de negocios de subsistencia a empresas que innovan, exportan y generan empleo de alta calidad, necesitamos líderes capaces de pensar profundamente sobre problemas complejos, sin interrupciones cada cinco minutos.

El trabajo superficial mantiene las luces encendidas, pero es el trabajo profundo el que construye el futuro. La próxima vez que sientas la tentación de revisar esa notificación irrelevante mientras intentas planificar el próximo año de tu empresa, detente. Recuerda que tu atención es tu recurso más valioso. Protégela. La vitalidad económica de Antigua depende de ello.


Referencias

  • Clear, J. (2018). Atomic Habits: An Easy & Proven Way to Build Good Habits & Break Bad Ones. Avery.
  • Leroy, S. (2009). Why is it so hard to do my work? The challenge of attention residue when switching between work tasks. Organizational Behavior and Human Decision Processes, 109(2), 168-181. https://doi.org/10.1016/j.obhdp.2009.04.002
  • Newport, C. (2016). Deep Work: Rules for Focused Success in a Distracted World. Grand Central Publishing.

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